sábado, 11 de enero de 2014

Lo que debería importar.

Otra de las cosas que he estado pensando últimamente es acerca de lo verdaderamente trascendental, lo que nos tendría que importar. 

Me pregunto, qué es lo importante y trascendental para las personas de hoy. 
Algunas veces pareciera que ya nada es importante, vivimos en una sociedad donde todo es desechable, todo artefacto pareciera haber sido diseñado para durar por poco tiempo y en el frenesí de la vida actual, nos acostumbramos a que todo resulte de la misma manera. 

Claro, estoy hablando también de las relaciones interpersonales, estamos tan metidos en la vida moderna en la que tenemos que correr de un lado para el otro, pelear contra el tráfico y subsistir, que no nos estamos dando tiempo de cultivar nuestras relaciones, a darles la importancia que merecen.

Al vivir mis pérdidas, me di cuenta a la par de cómo es que hemos ido perdiendo la capacidad de ver más allá de la superficie, estamos tan abrumados con tanta información, que no nos preocupamos por profundizar, por ir más allá de lo que estamos viendo. Y no solo con los demás, también con nosotros mismos.  

Creo que debemos tener ya un cambio de paradigma, no podemos seguir en el mismo camino pues no vamos a llegar a ningún lado.

Así como hablaba de dejarnos sentir para poder ser libres y más humanos, me parece que también tenemos que revalorizar nuestros principios, tenemos que darnos cuenta de qué es importante.
Busquemos esa trascendencia que tanto nos han vendido, no como éxitos laborales, no como éxito económico, sino como el ser mejores personas, seamos mejores seres humanos. 

Al ser mejores personas, esos éxitos secundarios llegarán solos. 

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